martes, 17 de mayo de 2011

¿Por qué los paises ricos son ricos y los pobres son pobres?

A esta pregunta todos tenemos una respuesta, en muchos casos es una muy personal. Los economistas estudiosos del tema han escrito rios de tinta que llevan a confusión y recetas particulares con resultados difícil de evaluar. Este asunto es desvelo de políticos y el martirio de los técnicos de las AAPP, pero, seguirá siendo complicando acertar con acciones que permitan afectar demanera eficiente a los fundamentos.

Precisamente se considera al libro “Una investigación sobre la naturaleza y causa de la Riqueza de las Naciones” como el origen de la Ciencia Económica. Adam Smith, en 1776, fue el primero en hacer un acercamiento netamente científico sobre este asunto; su conclusión era que había múltiples factores que influían, conformándose complejas combinaciones de todo tipo, que además estaban en evolución permanente. Adam Smith pudo identificar varios de los factores y el sentido de su efecto. Tras él vinieron multitud de teorías, visiones y análisis sobre la cuestión.

Dos siglos después, encontramos dos corrientes que aspiran a ser referencias. La primera es la que se apoya en las hipótesis de “El Diamante” de Michael Porter; la segunda es la “Visión basada en los recursos”. Ambas constituyen el paradigma del management actual y sirven de marco de referencia tanto para empresas, como para sectores económicos,  países o regiones. Ambas se inspiran en los principios clásicos (los que instauró Adam Smith y los que le siguieron) de considerar los 4 factores de producción y añadir con más ó menos impacto los conceptos de ventaja comparativa, ventaja competitiva, el papel del gobierno o el papel de la innovación. Dan importancia al conocimiento, a la capacidad de gestión, a la tradición empresarial, a la disponibilidad de abundante mano de obra y capital; consideran importante la competencia y la cooperación entre las empresas y las demandas dirigidas que en un momento dado puedan motivar las AAPP.

Estas teorías aspiran a identificar cada variable y valorarla para saber si es una ventaja o una debilidad, para poder ejercer una gestión sobre la misma que de resultados positivos dentro de la estrategia de desarrollo de la empresa ó país. El mismo análisis interno va retroalimentando las decisiones estratégicas de la empresa (o región) que va actualizando su modelo de crecimiento para implementar nuevas acciones que le lleven a los objetivos marcados. Este es el marco en el que en el caso de países y regiones se interpretan todo tipo de estadísticas y datos, a partir de los cuales se toman decisiones.

A pesar de todo esto, tanto los profesores pioneros que siguen vendiendo miles de libros, como los autores de los últimos avances en estas teorías reconocen que la respuesta no es única; ni siquiera existe una respuesta única para cada caso y momento; el entorno económico de un país ó región es tan amplio que implica la presencia de demasiadas excepciones, contradicciones y de infinidad de variables dinámicas que hacen que sea muy difícil medir el impacto de cada una y saber sobre cuál hay que actuar y hasta donde.

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